Mi nombre es Rafael y soy docente. Actualmente tengo 26 años, y llevo casi una década utilizando gafas para miopía.
Desde hace un tiempo, tanto familiares como amigos me plantearon la posibilidad de operarme. Sin embargo, por diversas razones (entre otras, mi temor a la cirugía), lo fui dejando. Así pues, accedí a probar la Clínica Ocular Dr. Tirado por las referencias proporcionadas, en primer lugar, por compañeros de trabajo y, en segundo lugar, por mis búsquedas en Internet.
Nada más llegar, ya pude observar la enorme experiencia y el trato exquisito de todo el equipo en su totalidad: desde la atención en recepción nada más llegar, al momento de pasar a la consulta. Aparte de las herramientas de las que disponen y de la enorme profesionalidad con la que trabajan, fue la transparencia, la cercanía y la seguridad de todo el personal los factores que posibilitaron que yo pudiera dar el paso decisivo a finales de marzo, un paso que, por desgracia, tuve que aplazar por el confinamiento. No obstante, una vez levantadas las restricciones interprovinciales en junio, volví a contactar con la clínica para retomar dicho proceso. Además de la eficacia y la meticulosidad, destaco la tremenda eficiencia con la que trabajan, ya que un viernes me volvieron a repetir las pruebas para corroborar que nada había cambiado, el lunes me reuní con el Dr. Tirado para hablar de la operación a la que me iba a someter el día siguiente.
En cuanto a la intervención, a pesar del miedo que pudiera suscitar, puedo asegurar que se trata de un rasgo completamente infundido por uno mismo. La realidad es que es una operación tan rápida e indolora que casi no te enteras. Los resultados son inmediatos: tras el reposo de una hora y el posterior chequeo, ya era capaz de ver un 90%; al día siguiente, un 150%. El postoperatorio es también muy simple: al día siguiente ya puedes hacer una vida normal, y los siguientes días solo tienes que administrarte unos colirios que no producen dolor alguno, y cuyas dosis se van reduciendo con el paso de los días. A los 10 días te vuelven a chequear para corroborar que todo marcha igual de bien, y en caso de que pudiera surgir cualquier complicación, duda o consulta durante la recuperación, cuentas con el contacto directo del mismo Dr. Tirado (él mismo llama al paciente por la noche tras la operación).
En resumen: solo puedo tener palabras de agradecimiento para el mejor equipo, el mejor trabajo, los mejores instrumentos y las mejores instalaciones. Lo recomiendo por completo, y a los nerviosos como yo, ¡que no os pare el temor, estáis en las mejores manos!