Ya está aquí la primavera y en muchas personas esto significa sufrir las temidas alergias oculares. Lo más importante, a diferencia de las alergias víricas y bacterianas, las alergias primaverales son inofensivas para tu salud ocular aunque molestas, eso sí. Su manifestación más evidente es la conjuntivitis.
Los síntomas vienen de la liberación de histamina, para que el organismo pueda defenderse de polen, ácaros, humo, etc. Por eso suelen recomendarse antihistamínicos para atenuar la acción defensiva del sistema inmune de nuestro organismo.
Los síntomas son bien conocidos:
Picor o escozor en los ojos.
Enrojecimiento de los ojos.
Lagrimeo.
Molestias en los párpados.
En casos más extremos sensibilidad a la luz.
Recomendaciones:
Evitar en la medida de lo posible los espacios donde se encuentran los alérgenos.
Una buena limpieza del hogar e informarse si es el caso de filtros específicos para usar en el hogar.
Lavarse las manos asiduamente e intentar no frotarte los ojos.
Evitar el humo
Usa unas gafas de sol que cubran bien tus ojos.
Acude siempre a un oftalmólogo para que pueda valorar el alcance de la alergia ocular. Nunca automedicarse aunque sea bien conocida la eficacia de las lágrimas artificiales, histamínicos, corticoides, etc. De fácil acceso en las farmacias.